Es un conjunto de dinámicas diseñadas para identificar, compartir y aplicar prácticas de valor.
Su objetivo fundamental es promover la discusión sobre dichas prácticas y la manera en cómo estas son desarrolladas y aplicadas para generar impactos positivos en la sociedad. En su manera más específica el IPV puede aplicarse a las organizaciones de cualquier tipo.
Los supuestos fundamentales del IPV son que las prácticas de valor pueden ser:
Identificables
Transferibles
Adaptables
La metodología IPV se implementa a través de sesiones de trabajo estructuradas, programadas y controladas. Una sesión IPV contempla los siguientes componentes.